El día 18 de octubre, Dª Pilar Hernández González, Licenciada en Farmacia, impartió una charla sobre higiene para el alumnado de 5º y 6º. Esta charla es parte de un ciclo de tres sesiones que se imparten a lo largo del curso. Las siguientes tratarán sobre nutrición, en el segundo trimestre, y protección de cara al verano, ya en el tercer trimestre. Durante esta charla los alumnos han podido conocer la importancia de mantener hábitos de higiene y limpieza tan importantes como la ducha diaria, el lavado de manos, la protección para evitar piojos, el cuidado del cabello, la higiene facial y de los pies, entre otras. Desde el Centro, queremos mostrar nuestro agradecimiento por su colaboración desinteresada.

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En las cocinas donde el ritmo no conoce pausas, hay un actor silencioso que trabaja sin reclamar protagonismo: la campana extractora industrial. No se limita a absorber humo y olores; es la primera línea de defensa contra la grasa que amenaza con instalarse en cada rincón. Y si hablamos de entornos exigentes —desde las cocinas escolares hasta las cocinas profesionales de bares y restaurantes—, la limpieza de este elemento se convierte en una cuestión de rendimiento, salud e incluso legalidad.
El mobiliario de hostelería de acero inoxidable no es una moda ni un capricho de diseño: es la respuesta técnica a los retos higiénicos de una cocina. Su superficie lisa, no porosa y resistente a la corrosión permite una limpieza más profunda y rápida, impidiendo la proliferación de bacterias y acumulación de residuos. Cuando la campana extractora forma parte de este ecosistema metálico, su mantenimiento se integra en una rutina de limpieza eficaz y segura.
En este contexto, contar con una campana extractora industrial de calidad no es solo una inversión en ventilación, sino también en seguridad alimentaria y durabilidad del equipamiento.
La grasa no entiende de descansos. Cada servicio de cocina deja una huella invisible que, acumulada, reduce la eficiencia de la extracción y aumenta el riesgo de incendio. Por eso, la limpieza superficial diaria es irrenunciable, mientras que la limpieza profunda debe realizarse con una frecuencia adaptada al volumen de trabajo. En restaurantes con alta rotación de platos fritos o asados, este intervalo puede acortarse a semanas.
La calidad del aire que respiran los trabajadores y comensales, la integridad del mobiliario y el cumplimiento de las normativas de higiene dependen de esta disciplina. Y dentro del conjunto, las campanas industriales merecen una atención particular.
Una limpieza eficaz comienza con un gesto básico: desmontar los filtros y componentes extraíbles. Estos, al ser fabricados en acero inoxidable, soportan lavados intensivos sin perder su forma ni capacidad de filtrado. El uso de agua caliente, detergentes desengrasantes y cepillos de cerdas duras garantiza la eliminación de la grasa más resistente.
Esta operación no solo mejora el rendimiento inmediato de la campana, sino que prolonga la vida útil del motor y los conductos. Una vez limpios, los filtros actúan con su máxima capacidad, evitando que partículas de grasa se acumulen en zonas críticas.
Si quieres ampliar conocimientos técnicos y normativos sobre equipamiento de cocina, te recomendamos explorar este blog de cocinas industriales, donde la ventilación y la higiene ocupan un lugar central.
Por muy disciplinada que sea la limpieza interna del equipo, hay zonas donde solo un servicio especializado puede llegar. Empresas certificadas emplean maquinaria de inyección-extracción, espumógenos desengrasantes de alto rendimiento y métodos de secado rápido que devuelven la campana a un estado casi original. En cocinas escolares y colectivas, donde la inspección sanitaria es frecuente, este refuerzo es una garantía adicional.
La combinación de bicarbonato y vinagre es especialmente útil para eliminar olores persistentes y devolver el brillo al acero inoxidable, evitando el uso de químicos agresivos que puedan dañar el material o dejar residuos nocivos.
Una campana extractora limpia no solo elimina olores y humos de forma más eficaz, sino que también:
En el ámbito industrial, existen campanas capaces de mover hasta 120.000 metros cúbicos de aire por hora, una capacidad suficiente para renovar el aire de un estadio de fútbol en minutos. Y aunque no todas las cocinas requieren tal potencia, este dato ilustra la magnitud del papel que juega la ventilación mecánica en grandes instalaciones.
Algunas de las unidades más avanzadas ya incorporan sistemas de alimentación solar, reduciendo su huella energética sin perder capacidad de extracción.
En el mundo profesional, la limpieza de la campana extractora no es una tarea más de la lista: es un indicador directo de la calidad de la gestión. En cocinas escolares, su mantenimiento se alinea con la responsabilidad de ofrecer alimentos seguros a los más pequeños; en bares y restaurantes, protege la reputación del negocio tanto como sus instalaciones.
La sinergia entre un buen diseño en acero inoxidable, una rutina de limpieza disciplinada y el apoyo puntual de servicios especializados es la fórmula que mantiene la cocina no solo operativa, sino impecable. Porque, al final, un ambiente limpio no es solo más agradable: es más productivo, más seguro y, en última instancia, más rentable.
Los nuevos edificios del futuro: sostenibilidad, seguridad y adaptación al Código Técnico de la Edificación- Innovación constructiva y nuevas exigencias normativas.
La evolución de la edificación moderna en España está marcada por un cambio profundo en su enfoque: la sostenibilidad y la seguridad estructural frente a los incendios se han convertido en los pilares del nuevo modelo constructivo. La reciente propuesta de modificación del Código Técnico de la Edificación (CTE) refuerza esta tendencia al establecer nuevas obligaciones en eficiencia energética, movilidad sostenible y prevención contra incendios, transformando por completo la forma en que concebimos los edificios del mañana.
Entre las principales novedades destacan la instalación obligatoria de puntos de recarga para vehículos eléctricos, la creación de aparcamientos para bicicletas y un endurecimiento de las medidas de protección frente al fuego, una respuesta directa a los trágicos incendios ocurridos en los últimos años. Este cambio no solo moderniza la normativa, sino que también promueve un modelo urbano más consciente y resiliente ante los desafíos del futuro.
La transición hacia la movilidad eléctrica y los entornos urbanos sostenibles es ya una realidad. Según el nuevo decreto, todos los edificios con aparcamiento interior o adyacente deberán disponer de una estación de recarga por cada cinco plazas, además de prever precableado eléctrico en el 50% de las plazas restantes.
Los edificios residenciales de nueva construcción contarán con una estación de recarga mínima por vivienda, mientras que en las oficinas se exigirá una estación por cada dos plazas. Este cambio responde al crecimiento de los vehículos eléctricos y al compromiso con la descarbonización de las ciudades.
Junto a esto, se establece que los edificios residenciales deberán disponer de dos plazas de aparcamiento para bicicletas por vivienda, fomentando así un cambio cultural hacia modos de transporte no contaminantes. Con ello, España avanza hacia un entorno construido más respetuoso con el medio ambiente, donde la eficiencia energética y la movilidad limpia se integran como parte del diseño arquitectónico.
En este nuevo escenario de exigencia constructiva, la seguridad frente a incendios se convierte en un eje prioritario. La elección de materiales resistentes y de alto rendimiento es fundamental, y el uso del mortero ignífugo en sevilla para soluciones contra el fuego se ha consolidado como una herramienta técnica de primer nivel.
Este material, diseñado para proteger estructuras metálicas, de hormigón y mixtas, actúa como una barrera térmica que retrasa la propagación del calor y el colapso estructural durante un incendio. Gracias a su aplicación mediante proyección mecánica, el mortero ignífugo cubre de forma uniforme vigas, pilares y forjados, garantizando una resistencia al fuego certificada hasta 240 minutos según las normativas europeas.
Además, su uso no altera la estética de los espacios, lo que lo hace ideal tanto para edificaciones modernas como para reformas de edificios históricos, algo especialmente relevante en una ciudad como Sevilla, donde la protección patrimonial y la modernización deben convivir de forma equilibrada.
El mortero ignifugo se ha convertido en un componente indispensable para el cumplimiento del nuevo Código Técnico de la Edificación. Su función va más allá de la protección estructural: también contribuye a la eficiencia energética, al mejorar el aislamiento térmico y reducir el consumo de climatización en los edificios.
Entre sus principales ventajas destacan:
Alta adherencia sobre diferentes materiales estructurales.
Resistencia extrema al calor y al choque térmico.
Aplicación rápida y mantenimiento mínimo.
Cumplimiento con las normativas de protección pasiva contra incendios.
Este tipo de recubrimiento se integra en las soluciones de seguridad pasiva, es decir, aquellas que no requieren acción humana ni sistemas eléctricos para activarse. Por ello, representa una garantía de protección continua y fiable, adaptada a las condiciones climáticas y constructivas de cada región.
En Sevilla y otras zonas del sur de España, donde las temperaturas son elevadas y las estructuras requieren materiales resistentes y duraderos, el mortero ignífugo es una solución técnica esencial que refuerza la seguridad de cualquier proyecto de edificación.
Las ignifugaciones son otro pilar clave dentro del nuevo marco constructivo. Este proceso consiste en la aplicación de tratamientos retardantes al fuego sobre materiales estructurales, revestimientos o elementos decorativos, con el fin de reducir la propagación de las llamas y aumentar el tiempo de resistencia al fuego.
En los nuevos edificios con aparcamientos para vehículos eléctricos, las ignifugaciones adquieren especial relevancia. Los incendios provocados por baterías de litio son de difícil extinción y pueden generar temperaturas extremas, por lo que la protección pasiva mediante productos ignífugos resulta fundamental.
Estos tratamientos se aplican tanto en acero estructural como en conductos, techos y paredes, creando una barrera protectora que limita el daño térmico y garantiza la estabilidad del edificio. Además, las ignifugaciones no requieren mantenimiento constante, lo que las convierte en una opción rentable y duradera para edificaciones nuevas o en proceso de rehabilitación.
El uso combinado de morteros ignífugos, pinturas intumescentes y sistemas de sellado cortafuegos forma una defensa integral contra incendios, capaz de preservar la integridad estructural y proteger la vida de los ocupantes en situaciones críticas.
Aunque la modificación del CTE impone mayores exigencias, también contempla excepciones específicas. Los edificios con valor histórico o artístico quedan exentos cuando la aplicación de las nuevas normas suponga una alteración inaceptable de su naturaleza o estética original.
Asimismo, se excluyen los proyectos de reforma donde el coste de adaptación supere el 10% del total de la intervención, así como las construcciones residenciales con tres plazas de aparcamiento o menos. Estas medidas buscan equilibrar la seguridad y la preservación del patrimonio, adaptando la normativa a cada contexto urbano.
No obstante, incluso en estos casos, las soluciones de protección pasiva y ignifugaciones se recomiendan como medidas voluntarias de mejora, asegurando la máxima protección posible sin comprometer el valor arquitectónico del inmueble.
La reforma del Código Técnico de la Edificación impulsa una revolución en la forma de construir y rehabilitar edificios en España. Los nuevos proyectos deberán integrar sistemas de carga eléctrica, espacios para movilidad sostenible y materiales de protección avanzada contra incendios, consolidando una visión de futuro donde la sostenibilidad y la seguridad son inseparables.
En este contexto, los profesionales del sector —arquitectos, ingenieros y constructores— deben adoptar una mentalidad proactiva y tecnológica, apostando por materiales como el mortero ignífugo y los sistemas de ignifugación como garantía de cumplimiento normativo y de protección duradera.
El edificio del futuro no solo será eficiente y funcional, sino también más seguro, adaptable y respetuoso con el entorno. En definitiva, el nuevo CTE marca el camino hacia una arquitectura más responsable, donde cada estructura se convierte en un ejemplo de innovación, sostenibilidad y compromiso con la vida.
La noche del martes en el centro de Vilagarcía quedó marcada por un episodio de gran tensión tras declararse dos incendios urbanos casi simultáneos, lo que obligó a una rápida movilización de todos los servicios de seguridad y socorro. Minutos antes de las ocho de la tarde, mientras la Policía Local supervisaba la seguridad de una manifestación del 25-N organizada por la asociación O Soño de Lilith, llegó el primer aviso: un incendio activo en la cocina del restaurante O Ruedo, en la zona de O Ramal.
El fuego, originado en el sistema de extracción de gases de la parrilla, generó una intensa humareda que se extendió a todo el edificio, afectando a tuberías, cableado y otros elementos estructurales. Mientras los equipos de emergencia trabajaban en el control y ventilación del local, una nueva llamada del 112 Galicia alertaba de un incendio en un piso de la calle Doutor Tourón, donde un hombre de 35 años resultó intoxicado por inhalación de humo.
El incendio del restaurante O Ruedo se originó en la cocina y se propagó con rapidez a través de los conductos de extracción. Las llamas afectaron al extractor, tuberías de agua y cables eléctricos, extendiendo humo a todas las plantas superiores. La intervención de Bomberos y del Servicio de Emerxencias permitió evitar una propagación mayor, aunque se requirió una ventilación exhaustiva para restablecer la seguridad del lugar.
Cuando los equipos aún realizaban labores de recogida de material y control de zonas calientes, la segunda emergencia comenzó a desarrollarse en Doutor Tourón, lo que obligó a reorganizar el operativo y movilizar recursos adicionales.
El segundo incendio, declarado en el salón de una vivienda donde ardía un sofá, pudo ser contenido inicialmente gracias a la rápida acción de un particular que utilizó un extintor polivalente. Este gesto pone de manifiesto la relevancia de valorar el precio extintor desde una perspectiva preventiva y no únicamente económica.
Disponer de un extintor en el hogar representa una inversión imprescindible en seguridad. Su coste es accesible en la mayoría de los casos y su eficacia al actuar en los primeros segundos de un fuego reduce de forma significativa los daños materiales y los riesgos para las personas. La facilidad de uso y autonomía de estos dispositivos permiten establecer una primera barrera protectora mientras llegan los servicios profesionales.
El uso de extintores en entornos domésticos se ha convertido en una herramienta fundamental de autoprotección. En el caso de la vivienda de Doutor Tourón, la utilización correcta de un extintor polivalente impidió que las llamas se propagaran hacia otros muebles o puntos de ignición, facilitando la posterior labor de los Bomberos.
Los extintores polivalentes son capaces de actuar sobre los tipos de fuego más habituales en viviendas, como los originados por cortocircuitos, materiales sólidos o pequeños focos de combustión en salones y cocinas. Su presencia estratégica en pasillos, salones o áreas de mayor riesgo incrementa la seguridad y permite una respuesta inmediata que puede salvar vidas.
Los incidentes registrados en Vilagarcía revelan la necesidad de fortalecer la proteccion contra incendios en todo tipo de edificaciones, tanto residenciales como comerciales. La instalación de detectores de humo, alarmas automáticas, rociadores, señalización fotoluminiscente y pulsadores de emergencia conforman un sistema integral que reduce el riesgo y mejora la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad.
Una correcta protección contra incendios no solo previene la propagación del fuego, sino que facilita la evacuación, minimiza daños estructurales y alerta continuamente a los ocupantes. En edificios de varias plantas, como el afectado en Doutor Tourón, contar con este tipo de sistemas habría permitido detectar con antelación la presencia de humo en zonas comunes, evitando la intoxicación del residente afectado y reduciendo el impacto en el resto del inmueble.
Cuando los equipos de emergencia llegaron al piso de Doutor Tourón, comprobaron que las llamas ya estaban controladas por el particular que utilizó el extintor. Los Bomberos se centraron en enfriar puntos calientes mediante agua y en ventilar tanto el piso como las zonas comunes del edificio, ya que el humo se había extendido por pasillos y escaleras, representando un riesgo alto para todos los residentes.
La intoxicación por humo del ocupante se produjo debido a la concentración de gases generada antes de la ventilación. Fue atendido inmediatamente y evacuado para una revisión médica, mientras los equipos completaban las tareas de control y desescombro.
Los dos incendios ocurridos casi simultáneamente reafirman la importancia de implementar medidas preventivas de forma constante. Entre las principales actuaciones recomendadas destacan:
Revisar periódicamente las instalaciones eléctricas y de extracción.
Mantener despejadas las vías de evacuación en edificios residenciales.
Contar con extintores funcionales en puntos estratégicos del hogar.
Instalar detectores de humo y alarmas sonoras para una respuesta inmediata.
Evitar la acumulación de elementos combustibles cerca de fuentes de calor.
La prevención, junto con la educación sobre el uso de herramientas de seguridad, constituye la clave para evitar tragedias y minimizar riesgos.
La doble emergencia vivida en Vilagarcía demuestra que los incendios pueden surgir en cuestión de segundos y generar situaciones de alto peligro. La coordinación entre Bomberos, Policía Local y Emerxencias, sumada a la intervención ciudadana y a la disponibilidad de herramientas básicas como extintores, permitió evitar un desenlace más grave.
Impulsar la instalación de sistemas de protección contra incendios, fomentar la cultura preventiva y garantizar la formación básica en el uso de dispositivos de seguridad son pasos esenciales para mejorar la seguridad en hogares y comercios.