ESCUDO DEL COLEGIO
Escrito por Buenos Aires CEIP, jueves 27 de febrero de 2014 , 10:45 hs , en Eventos colegio 2013 - 2014

Ya tenemos Escudo representativo de nuestro Colegio. Ha sido elaborado por Sergio Muñiz (3º de primaria), ganador del Concurso de Escudos que se realizó el curso pasado. Gracias a la edición en formato informático de Antonio Zapatero, ya podemos contar con este emblema para representar a nuestro Centro en múltiples situaciones. Desde aquí también queremos agradecer a todos los participantes en el concurso. Ha habido muy buenas ideas. 



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  • Extintores el jueves 8 de octubre de 2020, 08:00 hs

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  • Andrea López el miércoles 17 de septiembre de 2025, 11:00 hs

    ¿Cómo se limpia una mesa de acero inoxidable?

    En una cocina profesional, cada detalle cuenta. La limpieza de una mesa de acero inoxidable no es un simple trámite: es el reflejo de la seriedad con la que un negocio cuida la higiene, la seguridad alimentaria y su propia reputación. Un bar o restaurante puede tener el mejor chef y el menú más cuidado, pero si la superficie donde se manipulan los alimentos no está impecable, el resultado se tambalea. Y lo saben bien quienes, tras décadas en la hostelería, consideran al acero inoxidable el auténtico pilar de su oficio.

    La importancia del acero inoxidable en hostelería

    El mobiliario de hostelería en acero inoxidable es mucho más que una elección estética: es una garantía. Resiste al calor, a la humedad, a los ácidos y a la actividad frenética de cualquier servicio. Es fácil de desinfectar, duradero y transmite limpieza a simple vista. Pero su resistencia no lo convierte en indestructible. Su longevidad y su brillo dependen de un cuidado constante, meticuloso, casi ritual.

    No basta con pasar un trapo de vez en cuando. Hablamos de un material que, mal tratado, puede perder el acabado, acumular bacterias en pequeñas marcas y arruinar la confianza del cliente. Por eso, cuando nos preguntamos cómo se limpia una mesa de acero inoxidable, estamos en realidad preguntando cómo garantizar la base de una cocina profesional fiable.

    En este contexto, conviene recordar que existen soluciones adaptadas a cada necesidad, como las mesas acero inox diseñadas específicamente para hostelería, que permiten un uso intensivo sin renunciar a la limpieza sencilla y efectiva.

    Errores frecuentes en la limpieza de mesas de acero inoxidable

    Las prisas, la rotación de personal o el desconocimiento llevan a errores que acortan la vida útil del acero. Los más habituales son:

    • Usar estropajos metálicos o fibras abrasivas que rayan la superficie.
    • Dejar restos de alimentos, ácidos o líquidos durante horas.
    • Aplicar productos clorados o lejía, que atacan la película protectora del acero.
    • No secar tras la limpieza, dejando que se acumulen manchas de agua.

    Estos fallos no solo afectan a la estética: pueden provocar corrosiones, pérdida de brillo e incluso comprometer la seguridad higiénica del mobiliario.

    Productos recomendados para limpiar acero inoxidable

    El acero inoxidable exige respeto. No cualquier producto sirve, y elegir el adecuado marca la diferencia entre un mantenimiento correcto y una mesa dañada. La lista básica incluye:

    • Agua tibia con jabón neutro: la opción más segura para el día a día.
    • Vinagre blanco: excelente desengrasante y aliado contra las huellas.
    • Bicarbonato de sodio: útil para manchas rebeldes, aplicado en forma de pasta.
    • Paños de microfibra: imprescindibles, porque no rayan ni dejan restos.

    Nunca se deben utilizar productos con cloro, lejía ni disolventes agresivos. Son enemigos declarados del acero y aceleran su deterioro. La elección de una buena mesa de acero inoxidable debe ir acompañada de un compromiso firme con su limpieza responsable.

    Paso a paso: ¿cómo limpiar una mesa de acero inoxidable?

    La técnica es tan importante como los productos. Para que la superficie no solo esté limpia, sino que luzca impecable, conviene seguir un método constante:

    1. Retira restos sólidos y líquidos de inmediato tras cada uso.
    2. Humedece un paño de microfibra en agua tibia con jabón neutro.
    3. Limpia siempre siguiendo la dirección del grano del acero.
    4. Aplica vinagre blanco en las zonas con marcas o grasa persistente.
    5. Seca al momento con un segundo paño limpio y seco.

    El secado inmediato es crucial: evita marcas de agua y conserva el brillo. Esta rutina, repetida tras cada servicio, asegura no solo estética, sino también una barrera contra bacterias y contaminaciones cruzadas.

    Además, dentro de la planificación diaria, no se puede pasar por alto la importancia de contar con un equipamiento hosteleria de calidad, que facilite tanto la operativa como el mantenimiento higiénico de las instalaciones.

    Cómo mantener el brillo del acero inoxidable

    El brillo de una mesa de acero inoxidable no es vanidad: es un mensaje silencioso que dice “aquí hay orden y profesionalidad”. Mantenerlo es sencillo:

    • Tras la limpieza diaria, aplica unas gotas de aceite de oliva o aceite mineral en un paño y frota suavemente.
    • Usa productos específicos de pulido para acero inoxidable en limpiezas semanales.
    • Evita el exceso de producto, ya que puede atraer polvo o grasa.

    Con este cuidado, la mesa no solo luce impecable, sino que adquiere una película protectora que alarga su vida útil y refuerza la sensación de higiene.

    Limpieza profesional en mesas de acero inoxidable

    Hay momentos en los que una limpieza casera no basta: auditorías sanitarias, inspecciones o simplemente la necesidad de devolver un aspecto de estreno al mobiliario. En esos casos, conviene aplicar un protocolo profesional:

    1. Desinfección profunda: mezcla agua caliente y vinagre blanco, pulveriza y deja actuar unos minutos antes de limpiar.
    2. Eliminación de manchas resistentes: frota con bicarbonato en movimientos circulares y enjuaga con abundante agua clara.
    3. Pulido técnico: utiliza productos diseñados para acero inoxidable, aplicados con paño de algodón enérgicamente.

    Este nivel de detalle no solo asegura higiene total, sino que protege la inversión, prolonga la vida útil del mobiliario y transmite confianza a clientes y trabajadores.

    Limpieza, reputación y negocio

    Limpiar correctamente una mesa de acero inoxidable no es una tarea rutinaria: es una declaración de principios. Significa que en esa cocina se trabaja con respeto, que la higiene es una ley no escrita y que la profesionalidad se mide incluso en la superficie donde se apoya un cuchillo. Una mesa reluciente habla por sí sola y marca la diferencia entre un negocio mediocre y otro que transmite confianza desde el primer vistazo.

    La respuesta a la pregunta ¿cómo se limpia una mesa de acero inoxidable? se resume en método, constancia y cuidado. Pero en la práctica, va mucho más allá: es la base sobre la que se construye la imagen y el prestigio de cualquier negocio de hostelería.

  • Estiven López el miércoles 8 de octubre de 2025, 10:15 hs

    Cómo proteger estructuras con pintura intumescente: método de aplicación

    En tiempos donde los incendios surgen sin previo aviso y los segundos se convierten en eternidad, proteger las estructuras frente al fuego no es un trámite administrativo: es una decisión que puede marcar la diferencia entre la pérdida total y la supervivencia. En el universo de la protección contra incendios, pocas soluciones son tan efectivas, discretas y determinantes como la pintura intumescente.

    Este tipo de recubrimiento, invisible para el ojo inexperto pero vital para la seguridad estructural, transforma el calor en escudo, y la pintura en barrera. Porque, cuando el acero o la madera se enfrentan al fuego, la velocidad con que responden decide el desenlace. Y en ese instante crítico, la intumescencia no decora: protege, salva y resiste.

    La importancia de la protección pasiva hoy día

    Vivimos en una época donde la seguridad estructural se somete a examen constante. Las ignifugaciones, los sistemas de detección y los protocolos de emergencia conforman un entramado de defensa que debe actuar en conjunto. Pero, entre todas esas medidas, la protección pasiva —la que no necesita activarse para funcionar— es la que garantiza que el fuego tarde más en dañar la estructura.

    La pintura intumescente pertenece a esa familia de soluciones silenciosas. Y en un contexto donde los reglamentos técnicos y la conciencia sobre la seguridad avanzan, las ignifugaciones son ya una necesidad ineludible, tanto en obra nueva como en reformas industriales. No basta con instalar extintores: hay que pensar en cómo se comportará el edificio cuando todo falle y solo quede la resistencia de los materiales.

    ¿Qué es la pintura intumescente y por qué es esencial?

    La pintura intumescente no es un simple recubrimiento. Es una tecnología formulada para expandirse —hasta 100 veces su grosor original— al entrar en contacto con temperaturas elevadas. Esa expansión genera una capa carbonosa esponjosa que aísla térmicamente la estructura subyacente. En otras palabras, retrasa la transferencia de calor, ganando minutos que pueden salvar vidas.

    El acero, por ejemplo, pierde su capacidad portante cuando supera los 500 ºC. La madera, por su parte, puede arder o carbonizarse rápidamente si no se protege. Con pintura intumescente aplicada correctamente, esos minutos se multiplican. Y en un incendio, esos minutos son oro.

    Tipos de pintura intumescente según el entorno

    Como toda tecnología aplicada, no existe una única fórmula válida para todos los casos. Cada tipo de pintura intumescente responde a un contexto:

    • Base agua: ideal para interiores, de baja toxicidad y fácil aplicación.
    • Base disolvente: más resistente y duradera, perfecta para exteriores.
    • Epóxica intumescente: diseñada para entornos industriales severos, con gran adherencia y resistencia química.

    La elección del tipo adecuado depende del sustrato (acero, madera, hormigón) y del ambiente (interior o exterior). Una decisión errónea puede anular la eficacia de todo el sistema.

    La preparación de la superficie: el secreto del éxito

    Uno de los errores más frecuentes —y costosos— en la aplicación de pintura intumescente es descuidar la preparación del soporte. No se puede aplicar sobre superficies sucias, oxidadas o con grasa. En el acero estructural, el procedimiento estándar implica una limpieza mediante chorro abrasivo hasta grado Sa 2½. En la madera, se requiere lijado y sellado previo.

    Una superficie mal preparada es una bomba de relojería. La pintura no se adhiere correctamente, se descascarilla y pierde efectividad. Es como tener un paracaídas con un pequeño desgarro: puede parecer funcional, hasta que llega el momento de la verdad.

    Por eso, cada proyecto debe acompañarse de un certificado de ignifugación que acredite que la aplicación se ha realizado conforme a normativa, con materiales homologados y profesionales cualificados. No es un mero papel: es el documento que garantiza que la protección existe y que funcionará cuando más se necesite.

    Herramientas y técnicas de aplicación profesional

    La pintura intumescente se puede aplicar con brocha, rodillo o pistola airless. Cada método tiene su contexto y su razón de ser:

    • Brocha o rodillo: recomendados para superficies pequeñas o con geometrías complejas.
    • Pistola airless: imprescindible para superficies grandes y resultados uniformes.

    El espesor de la capa húmeda (WFT) y seca (DFT) debe medirse con precisión, siguiendo las especificaciones del fabricante. Si se aplica menos cantidad de la necesaria, la expansión será insuficiente. Si se excede, el secado se dificulta y el acabado puede deteriorarse. El equilibrio, en este caso, no es solo estético: es vital.

    Método de aplicación paso a paso

    Aplicar pintura intumescente requiere rigor técnico. Este es el procedimiento profesional estándar:

    1. Preparación del soporte: limpieza, eliminación de óxidos y aplicación de imprimación compatible.
    2. Condiciones ambientales: temperatura mínima de 5 ºC y humedad relativa inferior al 80%.
    3. Aplicación por capas: entre 2 y 4 manos, según las recomendaciones del fabricante.
    4. Secado y curado: respetar los tiempos entre capas y el curado final, que puede alcanzar hasta 7 días.
    5. Inspección final: comprobación con medidor DFT y control visual de homogeneidad.

    En cada etapa se documenta el trabajo para garantizar trazabilidad y cumplimiento normativo. Una mala aplicación no solo compromete la estructura, sino también la validez legal del sistema instalado.

    Errores comunes y cómo evitarlos

    La experiencia demuestra que los fallos más comunes son, en realidad, evitables. Entre ellos:

    • Aplicar en condiciones meteorológicas inadecuadas.
    • No respetar el número de capas ni el espesor total recomendado.
    • Omitir la imprimación en superficies metálicas.
    • No medir el espesor de la capa seca tras el curado.
    • No disponer del certificado correspondiente.

    En este sentido, la protección pasiva contra incendios no admite improvisaciones. Cada milímetro de recubrimiento, cada norma aplicada y cada inspección posterior forman parte de un todo. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de asegurar la integridad de la estructura y la vida de quienes la habitan.

    Inspección, mantenimiento y registro

    Una vez aplicada, la pintura intumescente no debe olvidarse. Es fundamental realizar inspecciones periódicas para detectar posibles daños, desprendimientos o desgaste. Si se observan zonas afectadas, deben repararse de inmediato, repitiendo el proceso de preparación y aplicación. En entornos industriales o agresivos, el repintado puede ser necesario cada cierto número de años.

    Todo ello debe registrarse en el libro de mantenimiento del edificio. De esa manera, ante una inspección técnica o un siniestro, se puede demostrar el cumplimiento de la normativa y la adecuada conservación del sistema de protección pasiva.

    Pintar sí, pero con conocimiento y rigor

    Proteger una estructura con pintura intumescente no es un gesto decorativo ni una moda arquitectónica. Es una decisión técnica que salva vidas, preserva inversiones y garantiza la estabilidad ante el fuego. Por eso, cada proyecto requiere planificación, ejecución profesional y seguimiento constante.

    Así que, pintar con conocimiento es proteger con responsabilidad. Y en un mundo donde el fuego sigue siendo una amenaza imprevisible, apostar por la protección pasiva no es una opción: es una obligación moral y técnica.

    Porque el fuego no avisa, pero tú puedes estar preparado.